SUBRAYAR NO ES MISIÓN IMPOSIBLE 💪 Supera con éxito los exámenes finales 🥇🏆
A veces (nuchas veces) olvidamos el verdadero propósito de subrayar. Los electrizantes colores nos hipnotizan y nos dejamos llevar por el fluir del rotulador sobre el papel. El resultado son unos apuntes tan fosforitos que no tienen nada que envidiar a la famosa barra de uranio de los Simpson. Pero, ¿en eso consiste subrayar?
Imagen: "Subrayar no es misión imposible". Consejos para subrayar @nicabernita
Subrayar toda (¡TODA!) la página de un libro puede resultar útil para mantener la concentración mientras leemos. En nada se diferencia al dedo que utilizan los preescolares para señalar los renglones del texto. Pero nosotros, que adquirimos las habilidades lectoescritoras hace muchos años, no buscamos eso.
Pasos para subrayar un texto. Resumen |
Cuando subrayamos, nuestro principal objetivo debería ser identificar las palabras clave del texto. Localizar la información fundamental nos ayudará a elaborar esquemas y resúmenes. Además, nos permitirá repasar más fácilmente los apuntes en posteriores lecturas. Pero, ¿existe algun método para saber qué ideas son importantes y cuáles hay que pasar por alto?
Tener una noción, aunque sea básica, del tema que estamos leyendo nos dará pistas sobre los puntos en lo que debemos centrar la atención. De cualquier manera, imaginemos que estamos ante un texto novedoso, frente al libro de una materia de la que no tenemos conocimiento previo. ¿Qué deberíamos hacer?
✎ En primer lugar, antes de leer, antes de agarrar el subrayador verde fosforito, echa un vistazo al índice y fíjate en los distintos apartados. Los títulos, subtítulos y epígrafes de cada capítulo nos dan muchas pistas sobre el tema fundamental del libro. Quizás también aparezcan algunas palabras en negrita o cursiva. ¡No pierdas de vista esos términos!
Además, puede que el texto vaya acompañado de distintos elementos gráficos (dibujos, fotografías, esquemas...). Normalmente hacen hincapié en información clave, la amplían o explican, así que también son muy importantes.
Hojear el libro sin detenernos en la lectura nos ayudará a elaborar un esquema mental previo de cómo está estructurada la información. En un símil con las estrategias bélicas, y no estoy diciendo que el libro sea nuestro enemigo, equivaldría a estudiar un mapa del terreno. Estamos en la frontera de un país extranjero, pero hemos conseguido un mapa de la zona. Eso nos permitirá conocer su geografía y elaborar un plan de ataque.
Pero obviamente fiarnos del mapa sin realizar más comprobaciones sería una temeridad. El mapa nos indica dónde están los distintos accidentes geográficos y tal vez señale la ubicación de las carreteras y alguna ciudad importante, pero no nos muestra la ubicación del enemigo. ¿Cuántos son y cuál es su capacidad combativa? ¿Están libres las principales vías de acceso al país?
✎ Es hora de enviar una patrulla de reconocimiento que nos aporte información sobre las condiciones ambientales y posición del ejército enemigo. Necesitamos estar completamente seguros para elaborar nuestro plan de ataque. Por eso, antes de subrayar, te recomiendo realizar una lectura rápida del texto.
Sí, hacer esto es trabajoso, lo sé. Te sientes tentado a agarrar el rotulador y subrayar a medida que vas leyendo, pero no te lo recomiendo. ¿Quién sabe lo que encontrarás en el próximo párrafo? ¿Y si la siguiente frase contradice lo que acabas de subrayar? Espera. Es mejor que antes de nada eches un vistazo al capítulo.
Una primera lectura te ayudará a identificar las ideas clave del texto.
Lo ideal es que vayas descifrando la información de cada párrafo a medida que avanzas en la lectura. No te preocupes por la siguiente página, concéntrate en lo que estás leyendo ahora. Si no entiendes una palabra, búscala en el diccionario. Si necesitas volver atrás en la lectura, hazlo. A veces es necesario releer todo el párrafo para desentrañar su significado. Tómate tu tiempo y cuando llegues al punto y aparte trata de explicar con tus propias palabras lo que acabas de leer. Y así, poco a poco, ve relacionando e integrando la información de cada párrafo. Al final del capítulo deberás tener claro cuál era el objetivo del autor al escribir el texto y resumir en pocas palabras su idea principal.
✎ Y ahora...¡A subrayar!
Has leído el texto. Lo entiendes y puedes localizar sus puntos clave. ¡Es la hora del ataque! Distribuye tu arsenal de guerra por el escritorio y prepárate para invadir el campo enemigo. Pero, ¿cuáles son las armas más efectivas y la mejor estrategia de ataque?
Estilos de subrayado |
Armamento: materiales y estilo de subrayado
Realmente no existe un tipo de material óptimo para subrayar. Así que el que utilices dependerá en gran medida de tus preferencias y/o disponibilidad. Lápices, rotuladores de punta fina o media, bolígrafos o marcadores fluorescentes, cualquier opción es válida.
En cuanto al estilo de subrayado, también existen diversas opciones. Se puede subrayar sobre o bajo la palabra, con una línea simple o doble, continua o punteada. Incluso es posible emplear recuadros para enmarcar las ideas y añadir otros símbolos como paréntesis, corchetes, flechas o pequeños iconos. Toda esta variedad de colores y estilos será muy útil si sabemos cómo utilizarla.
Estrategia de ataque: consejos para subrayar
Cada estudiante es responsable de crear su propio método de subrayado, pero hay varios consejos y estrategias que deberías tener en cuenta:
- Traza un plan o código de subrayado y sé coherente con él a lo largo de todo el texto. Por ejemplo, si decides subrayar las ideas principales con un rotulador amarillo, hazlo así durante todo el capítulo. En cualquier caso, esto no quiere decir que debas utilizar siempre la misma estrategia, ya que lo ideal es que la adaptes al tipo de asignatura y objetivos de estudio. No es lo mismo subrayar un texto jurídico que uno científico. Sus estructuras son muy diferentes y nuestro objetivo de aprendizaje también lo será.
¿En qué debería consistir el plan o código de subrayado?
- Respecto a los colores, lo ideal es que emplees dos o más. Los tonos elegidos deben contrastar entre sí y con el color del texto.
- Ya que solemos identificar el color rojo con las señales de alerta o atención, es recomendable que remarques con él los términos más importantes.
- A ser posible, subraya palabras aisladas o pequeños grupos de palabras. Elige los términos clave (más importantes) de cada párrafo. Si lo has hecho bien, al leer las palabras subrayadas nos formaremos una idea de lo que trata el texto. En cualquier caso, a veces es inevitable subrayar frases completas. Si has comprendido el texto y tienes claro tus objetivos de estudio, sabrás discernir cuándo es necesario hacerlo. De ahí la importancia de una lectura comprensiva antes de lanzarnos a subrayar.
- Una buena estrategia, que además te ayudará a memorizar y recordar, es utilizar distintos colores para jearquizar y categorizar la información.
- Jerarquizar es distinguir entre las ideas principales y secundarias. Por ejemplo, estaremos jerarquizando si subrayamos de verde todos los títulos y de amarillo los subtítulos.
- Categorizar es clasificar en grupos las palabras clave del texto. Por ejemplo, en un tema histórico podemos emplear el color azul para resaltar los personajes, el naranja para los lugares y el rosa para las fechas. Así, con un simple golpe de vista, ubicaremos cada uno de estos conceptos.
- Los estilos de subrayado, mencionados anteriormente, también nos ayudan a jerarquizar y categorizar la información del texto. Son muy útiles si solamente cuentas con un color para subrayar.
- Además de subrayar las palabras, puedes utilizar otro tipo de símbolos como flechas para conectar dos ideas o signos de exclamación para señalar la importancia de cierto término.
- Incluye también anotaciones en los márgenes que expliquen, resuman o relacionen el contenido de un párrafo. Si la información que quieres remarcar es muy importante, puedes escribir las anotaciones sobre un post-it . En ese caso es posible emplear un código de color similar al del subrayado y así distinguiremos entre categorías de ideas.
Seguir una estrategia a la hora de subrayar es fundamental ya que un buen plan de subrayado nos facilitará el estudio: agilizará las posteriores lecturas, nos permitirá realizar mejores esquemas y resúmenes y nos ayudará a memorizar. Así que ten muy presentes estos consejos. Si los sigues, tu método de subrayado mejorará notablemente.
Nosotros, de momento, hemos superado esta campaña con éxito, pero la guerra aun no está vencida. En próximos artículos desvelaremos cuáles son los siguientes pasos hacia nuestro objetivo...¡superar con éxito los exámenes finales!
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